En una planta de fabricación de GE HealthCare en Ciudad Juárez (México), las máquinas producen manguitos para medir la tensión arterial a un ritmo vertiginoso de 1,4 millones a la semana. Uno de los últimos pasos del proceso consiste en recortar el borde del manguito para que tenga buen aspecto y resulte cómodo para el paciente.
A medida que la producción ha ido aumentando, también lo han hecho las pilas de recortes, que alcanzan las 624 toneladas de material al año. Actualmente, los recortes se fabrican con plástico PVC nuevo. Y la legislación internacional obliga a devolverlos de México a Estados Unidos, donde actualmente se entierran en un vertedero, lo que cuesta a la planta 52.000 dólares anuales.
Pero los responsables de la planta han encontrado una solución más sostenible. En lugar de tirar los restos de PVC, están trabajando con empresas de México para transformarlos en un nuevo producto: las suelas de los zapatos. Quieren que su iniciativa sirva de modelo para reducir residuos, ahorrar dinero y ayudar a GE HealthCare a alcanzar sus objetivos medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG).
Fabricación de manguitos para la tensión arterial en las instalaciones de Ciudad Juárez.
Ramiro Alcoverde es el responsable de medio ambiente, salud y seguridad (EHS) de las instalaciones fronterizas de GE HealthCare, que engloban la planta de Ciudad Juárez y otros dos emplazamientos, uno en México y otro en EE.UU. Coordina la devolución de los materiales sobrantes de 79 productos diferentes, asegurándose de que las plantas cumplen la normativa aduanera, legal y financiera de ambos países.
Alcoverde llevaba mucho tiempo explorando formas de reciclar o reutilizar subproductos. Hace años, había estudiado la posibilidad de utilizar los restos de Thermadrape, un tipo de manta térmica, para ayudar a los niños de los hospitales centroamericanos, pero las normas relativas a los productos médicos eran demasiado estrictas y no consiguió que se aprobara el proyecto.
Una perspectiva diferente le ayudó a encontrar una salida. En 2021, Alcoverde y Enrique Pineda, director de planta de Border Ops en El Paso (Texas), se pusieron en contacto con una empresa de Chihuahua (México) llamada Recilogic. Esta empresa está especializada en encontrar usos rentables para subproductos industriales.
"Sabemos de buena tinta que ustedes se deshacen del PVC limpio de sus manguitos de presión sanguínea", recuerda Alcoverde que dijo el representante, "y creemos que la industria del calzado de México podría aprovechar su subproducto."
Izquierda: Restos. Derecha: Suelas.
Alcoverde y Pineda acordaron probar varios kilos de PVC con un fabricante de Guanajuato, en el centro de México. Mediante experimentos, la empresa descubrió que una mezcla compuesta por un 60% de los recortes de los manguitos de presión sanguínea, combinada con resinas y adhesivos especiales, formaba una suela de zapato resistente y flexible.
"Lo bueno de este proyecto es que, normalmente, la industria del reciclaje no es, yo diría, muy limpia", explica Alcoverde. "Reciben muchos plásticos mezclados y necesitan lavarlos y limpiarlos. Como nosotros somos una industria de grado médico que produce desechos de grado médico, nuestro subproducto es muy limpio, y ellos están muy contentos por eso."
En noviembre se fabricaron los primeros zapatos con los restos de PVC. Hoy, los trabajadores de la planta de Ciudad Juárez recogen los recortes en grandes bidones para Recilogic, que tritura el material y lo envía al fabricante de suelas de zapatos.
"Cuando la gente viene a visitarnos y les contamos que estamos haciendo esto, se nota el orgullo y la emoción en quien comparte la historia, desde el director de la planta hasta el jefe del equipo comercial", dice Alcoverde. "Estamos haciendo un mundo más limpio".
Aunque el proyecto es prometedor, sigue afrontando retos. La empresa está acostumbrada a vender productos acabados, no subproductos, por lo que los equipos aduaneros y financieros de GE HealthCare han tenido que resolver cómo facturar el material de PVC y cómo ajustarse a la normativa aduanera para vender directamente a otras empresas en México, en lugar de importar materias primas a México y exportar productos acabados a Estados Unidos.
Fabricación de manguitos para la tensión arterial en las instalaciones de Ciudad Juárez.
Alcoverde y Pineda quieren aplicar lo aprendido a la creación de reutilizaciones para otros subproductos. Tienen otro tipo de plástico sobrante que creen que podría servir para la construcción. También están contribuyendo a los esfuerzos de Ciudad Verde Chihuahua, una organización no gubernamental mexicana que promueve el reciclaje y la búsqueda de nuevas aplicaciones para los materiales sobrantes. El objetivo general es crear una economía circular, en la que los residuos se reduzcan al mínimo y el reciclado se integre en el proceso de fabricación. Con el apoyo de la Unión Europea en México, la Ciudad Verde de Chihuahua ayuda a las empresas a cumplir el Acuerdo de París sobre el cambio climático, cuyo objetivo es limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.
Alcoverde anima a los directivos de otras plantas a contribuir a este tipo de esfuerzos. "Como la economía circular aporta una nueva mentalidad, es un nuevo valor para GE HealthCare", afirma. "No se trata solo de ser rentable con el negocio principal en tu planta, sino que puede haber varias oportunidades empresariales utilizando los subproductos, o puede haber oportunidades para hacer más ecológica la cadena de suministro."
